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El Faro de Favàritx una joya turística de Menorca

Aunque no es un monumento de alto valor arqueológico como una de las ruinas prehistóricas o el punto con mejores vistas de Menorca, el El Faro de Favàritx se ha convertido en uno de los íconos turísticos más importantes de Menorca desde hace un tiempo.

Esta estructura fue construida en un extremo norte de la isla, en el cabo del mismo nombre, sobre un punto geográfico que ha sido identificado como perteneciente a formaciones geológicas del período paleozoico, es decir, que tiene más de 290 millones de años.

Fue inaugurado en el año de 1922 como parte de un conjunto de faros ubicados en el Mar Mediterráneo para la orientación de los barcos que utilizan sus aguas como rutas de navegación y su utilidad redujo, considerablemente, los naufragios y accidentes en la zona.

Desde hace algunos años se ha ido limitando el acceso a los vehículos particulares por lo que el gobierno balear ha dispuesto de rutas de buses turísticos que se toman en Mahón, y los lleva a menos de mil metros del sitio.

Muy cerca están las famosas Cala Presili y Cala Tortuga, que son muy visitadas en todas las épocas del año y desde allí se puede visualizar, al fondo del horizonte, esta estructura que se funde con lo singular del lugar: rocas con aspecto lunar, puestas de sol especiales y vientos que inyectan energía a los turistas.

Detalles de Favàritx

Como ya se ha dicho, la zona adyacente al faro es una de las áreas geológicas más importantes de todo el planeta tierra por su gran antigüedad, pero también la misma estructura es relevante porque se construyó con piedra de una cantera cercana y fue la primera gran edificación de hormigón que se levantó en Menorca en el siglo XX.

Tiene una altura de 28 metros, y se eleva a 47 metros sobre el nivel del mar, por lo que tiene un alcance visual de 16 millas y funciona con destellos de luz, cada 15 segundos, para orientar a las embarcaciones.

El sello de distinción del edificio es su característico color blanco y negro en forma de espiral, que lo personaliza como ningún otro de los que existen en la isla.

Aunque no es un museo propiamente, en su interior se guardan objetos de su actividad con el paso de los años, sobre todo con recuerdos de utensilios y herramientas comúnmente utilizadas por embarcaciones.

Punto turístico

El gobierno local desde 1995 declaró la zona como el Parque Natural Albufera des Grau, por lo que tienen mucho interés en preservar el entorno lo más virgen posible, cuidando las formaciones de roca y las especies naturales que allí nacen, aunque la vegetación es escasa.

Además, en los alrededores se forman lagunas de agua en épocas de lluvia, dando un espectáculo visual impresionante, por el contraste de luz, tanto en las puestas de sol como en el amanecer. Es un sitio muy visitado por fotógrafos para captar imágenes únicas de la luna, el sol y las estrellas.


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